Es ambidiestro. Aprendió a serlo en su tiempo libre, además de lengua de señas en el lenguaje de Astrum. A veces cuando no está de humor o tiene mucha pereza de hablar, hace señas.
Su color favorito es el morado.
Es muy apegado a las costumbres de su gente, pero es también de los más abiertos de mente para conocer otras culturas; a veces era regañado por su curiosidad, pues su padre era algo conservador, al igual que su madre y los pueblerinos. Todos eran bastante precavidos y cerrados siempre que llegaba alguien distinto a ellos a querer integrarse en Astrum.
Al igual que muchos de los de su pueblo, su mayor sueño es formar una familia, o por lo menos tener un hijo al cual cuidar.
Sabe tocar el piano, aunque todavía no lo ha dominado por completo.
Es el más bajito de su familia, después de su madre.
Tiene un humor bastante simple pero extraño a la vez. De los pocos que logran sacarle una carcajada sin esfuerzo es su hermano mayor inmediato.
Aunque no encuentre necesario alimentarse de materia orgánica para sobrevivir, ha generado un ligero gusto hacia el vino.
Anotará en su diario de viaje cada nuevo descubrimiento que haga y le llame la atención, también sus vivencias diarias, etc. Aunque sea algo en donde expresa sus más profundos sentimientos, no se enojara si alguien decide leerlo.
Ahora que se encuentra solo en su aventura, ha tenido bastante precaución de no encontrarse con sus medio-hermanos, pues sabe que están ahí afuera en cualquier lugar, acechando. La última vez que tocó interactuar con ellos, y por su inocencia, casi fue secuestrado.